Desde hace unos pocos años, las calles de los centros de las grandes ciudades españolas se están viendo invadidas, en detrimento de las “tradicionales” bicicletas, por unos pequeños artilugios, de poco peso y gran velocidad. Son los patinetes eléctricos, que alcanzan velocidades medias de 25 km/h y que han pillado a todas las Administraciones Públicas con el pie cambiado.
¿Puedo circular por la acera con mi patinete? ¿En qué circunstancias? ¿Y por la calzada? ¿Necesito un seguro? Son sólo algunas de las preguntas que muchos usuarios de patinetes y peatones se están haciendo en los últimos meses, donde parece que el auge de este tipo de movilidad urbana se está convirtiendo en un problema de orden público.
De alternativa al transporte convencional a problema de convivencia ciudadana
Para entender el porqué del surgimiento de esta nueva forma de movilidad antes debemos ponernos en contexto. Hay tres factores clave que han marcado el boom de los patinetes eléctricos:
- El tráfico en las grandes ciudades: Ir al trabajo con tu vehículo particular se está convirtiendo en un auténtico deporte de riesgo. Si a las habituales congestiones en los accesos y el centro de ciudades como Madrid o Barcelona a las 8 de la mañana, le sumamos las restricciones al tráfico rodado por motivos de contaminación atmosférica (el proyecto Madrid Central, estrenado hace unos pocos días, es un claro ejemplo de ello), ir en coche o incluso en moto al trabajo resulta, en muchas ocasiones, tedioso, estresante, caro y poco rápido.
- El transporte público: A nadie se le escapa que coger el bus, el metro o el tren en plena hora punta puede ser un tanto insoportable. El agobio y la incomodidad que implica tal cantidad de gente, sumado a los habituales retrasos que soporta nuestra red de transporte público (especialmente Cercanías), además de unos precios por abono, en algunos casos, demasiado elevados, hacen de esta modalidad de transporte la menos deseada por el común de los mortales.
- Xiaomi: La conocida marca china de productos tecnológicos desembarcó en España hace poco más de 1 año y, para entrar con fuerza en el mercado español, se presentó con uno de sus productos estrella: el Xiaomi Mi Electric Scooter. Y es que el patinete eléctrico de esta compañía es el que ha capitalizado en los últimos tiempos las ventas de este tipo de aparatos, marcando un punto de inflexión en la llegada a nuestras calles de un número considerable de patinetes a motor. ¿Pero qué ofrece esta compañía que no tengan sus competidores (incluidos aquí el transporte convencional)? Por poco menos de 400€ (lo que equivale a unos 9-10 meses aproximadamente de abonos de transporte público en Barcelona) puedes tener un medio de transporte sostenible (su motor es eléctrico) que alcanza velocidades de algo más de 25 km/h, con una autonomía de 30 km y con el que además “puedes ir por todos lados”. Sus ventajas, a priori, son muchas y sus desventajas parecen pocas.

Lo que en un principio parecía una buena alternativa de movilidad para las grandes urbes ha derivado en un problema de convivencia con peatones, conductores y ciclistas. Muchas Administraciones, que en un principio se mostraron impasibles ante esta situación porque lo veían como la solución a todos sus problemas, se están empezando a dar cuenta ahora de los problemática que representa este nuevo tipo de transporte para la seguridad vial. Y es que, ¿cómo es posible que un artilugio que puede superar los 25 km/h de velocidad pueda circular por la acera? ¿Cómo puede circular libremente por la calzada como si de cualquier otro vehículo a motor se tratara, poniendo en riesgo su propia vida y la de otros conductores? o ¿es sensato que comparta las mismas vías que los ciclistas o pueda ir por aquellas denominadas “peatonales”?
El sharing también llega a los patinetes
Primero fueron los coches, luego las motos, después las bicicletas y ahora los patinetes eléctricos. Las empresas de movilidad compartida o sharing no se han quedado atrás ante este boom y ya se han lanzado, con mayor o menor oposición por parte de los ayuntamientos, a ofrecer este tipo de servicios en los centros de las ciudades.
Actualmente, en Madrid* y Zaragoza ya operan cuatro compañías: Lime, VOI, Wind y Koko. Las tres primeras con un precio de 1€ por desbloqueo y 0,15€ el minuto. Por su parte, Koko, que de momento sólo opera en Zaragoza, tiene un precio más bajo, ya que sólo se paga el precio por minuto (0,15€) y no por desbloqueo.
Barcelona y Valencia también pudieron disfrutar -o padecer, según como se mire- momentáneamente de dos experimentos de sharing, frustrados rápidamente por los respectivos gobiernos locales que ordenaron recoger los patinetes de sus calles. En Barcelona fue la empresa alemana Wind quién vio truncada su corta historia empresarial (tan solo 48 horas) en la Ciudad Condal, mientras que en Valencia fue Lime quién tuvo que acabar retirando sus vehículos de las calles.
Estas nuevas iniciativas empresariales ponen aún más contra las cuerdas a los gobiernos municipales, que ya no solo han de legislar el uso privado del patinete a motor en sus ciudades, sino que ahora también han de regular este tipo de negocios. ¿Por qué los restaurantes o los bares con terraza han de pagar una tasa por ocupar la vía pública y estas empresas no?
*El Ayuntamiento de Madrid, en un movimiento inesperado, ha denegado este mismo martes el permiso para operar en la capital a las tres compañías de patinetes eléctricos y les da 72 horas para retirar estos vehículos de las calles.
Grandes como Cabify, SEAT o Ford también se suben al carro del patinete eléctrico
Cada vez son más las empresas que se suman a la moda del patinete eléctrico como nueva forma de movilidad sostenible en las grandes urbes. Las últimas, tres grandes empresas con amplia experiencia en esto de la movilidad y el transporte.
- Cabify: La startup española anunció hace unas semanas su intención de colocar 20.000 patinetes eléctricos en las calles de España y Latinoamérica durante 2019 a través de su filial de ‘micromovilidad’ Movo, que en la actualidad ofrece servicios de motosharing.
- SEAT: La empresa española ha presentado el SEAT eXS KickScooter, su propio modelo de patinete eléctrico desarrollado junto a Segway y que lanzará en España, Francia, Alemania, Austria, Suiza y Portugal antes de acabar el año. Por 600€, contará con un motor eléctrico que alcanzará los 25 km/h y una autonomía de 45 km. Y no le faltará ningún detalle: luces LED delanteras y traseras, iluminación ambiental personalizable, pantalla LCD en el manillar, antirrobo o un sistema de control de crucero. Asimismo, SEAT está estudiando implantar en algunas ciudades una flota de eXS compartidos y abiertos al público a través de su filial de movilidad inteligente: Xmoba.
- Ford: La compañía automovilística ha comprado la estadounidense Spin, empresa especializada en la implantación de patinetes eléctricos de uso compartido y que, en la actualidad, está presente en 13 ciudades americanas. Ford es uno de los fabricantes que, hasta el momento, no ha dispuesto una línea de negocio de carsharing. Así que su apuesta hacia estos modelos de transporte de uso compartido parece ir más encaminada a potenciar el patinete eléctrico como nueva forma de movilidad urbana.

La apuesta de estas tres empresas (y las que vendrán) por esta nueva forma de movilidad urbana lo único que hace es reafirmar la teoría de que el patinete eléctrico ha venido para quedarse, sólo nos queda adaptarnos a la nueva situación.
¿Cómo regulan los Ayuntamientos de Barcelona y Madrid los patinetes eléctricos?
Normativa de Barcelona
Barcelona cuenta con una ordenanza (no muy extensa) que regula los patinetes eléctricos desde mayo del año pasado. Dicha regulación, clasifica los vehículos en función de su tamaño, peso y velocidad. La categoría A, donde se engloban la mayoría, deben ir por el carril bici, las calles de plataforma única o los parques. Si alcanzan velocidades superiores a los 20 km/h, también pueden ir por las calles de las llamadas “Zonas 30”. En ningún caso pueden ir por las aceras ni las calzadas normales. El uso del casco está recomendado en la categoría A y es obligatorio para uso comercial (turistas y empresas de sharing) y para los usuarios de patinetes con más potencia (como los que tienen asiento). Sobre el límite de velocidad, el máximo permitido es de 30 km/h en carriles bici situados en la calzada, mientras que para los que están sobre la acera el límite es de 10.
No obstante, y a pesar de que fue uno de los pioneros en la regulación de la circulación de los patinetes eléctricos, el Ayuntamiento de Barcelona considera “urgente” que la Dirección General de Tráfico establezca cuanto antes una norma estatal sobre estos vehículos.
Normativa de Madrid
En octubre salió adelante una nueva normativa de movilidad en Madrid que, entre otras cosas, también regula el uso de los patinetes eléctricos. La nueva ordenanza municipal de movilidad sostenible sostiene que “con carácter general se prohíbe la circulación de los Vehículos de Movilidad Urbana por aceras y demás espacios reservados con carácter exclusivo para el tránsito, estancia y esparcimiento de los peatones”.
Al igual que ocurre en Barcelona, la norma distingue entre varios tipos de vehículos según una clasificación de la DGT, la mayoría de patinetes eléctricos encajarían en los grupos A (velocidad máxima de 20 km/h y masa igual o inferior a los 25 kg) y B (velocidad máxima de 30 km/h y masa igual o inferior a los 50 kg). Esta clasificación ya invita a la confusión porque, por ejemplo, el modelo de Xiaomi, el más vendido, podría entrar en ambos grupos.
No obstante, a grandes rasgos, ambos tipos de vehículos deberán circular siempre por ciclocalles, carriles bici protegidos, calles residenciales de 20km/h y pistas bici siempre que la anchura del vehículo lo permita en condiciones de seguridad. Así como por las aceras bici y sendas bici, con precaución y velocidad moderada, respetando la prioridad de paso de los peatones en los cruces señalizados. Los de tipo B, además, también podrán circular por las llamadas “Zonas 30”, compartiendo espacio con los vehículos. Nunca podrán ir por la acera, la calzada general, los ciclocarriles, carriles bus-taxi o calles de un solo carril por sentido o un único carril.

La DGT recoge el guante
Como hemos visto, las normativas municipales varían según el Ayuntamiento y, en ocasiones, son muy confusas y poco claras. De la necesidad de establecer un criterio único, claro y conciso para todos, la Dirección General de Tráfico (DGT) ya ha anunciado que prevé una norma estatal dentro de la nueva ley de Seguridad Vial.
La noticia sobre la primera muerte de una persona atropellada por un patinete eléctrico en Esplugues de Llobregat (Barcelona) ha puesto encima de la mesa la necesidad de establecer, con la mayor celeridad posible, unas reglas únicas de uso en todo el territorio. Tráfico asegura que tendrán la consideración de “Vehículos de Propulsión Eléctrica” y que la nueva normativa expulsará definitivamente a estos aparatos de las aceras para evitar conflictos y nuevos accidentes como el de Esplugues.
El Real Decreto que incluirá la nueva regulación se prevé que esté listo para el próximo verano. A parte de expulsar a los patinetes eléctricos de las aceras (como ya ocurre en Barcelona o Madrid), la DGT también quiere limitar la velocidad de estos vehículos a los 25 km/h, siguiendo las indicaciones de Bruselas, y que los conductores de este medio de transporte puedan ser sometidos a tests de alcoholemia y drogas, así como la prohibición del uso de auriculares.

¿Verdugos o víctimas?
Como pasa en muchas ocasiones, la conducta incívica de unos pocos criminaliza al resto. Que hay que perseguir el uso indebido del patinete eléctrico no cabe duda, aunque quizás si se usara el sentido común más a menudo no haría falta legislarlo todo. Que un patinete vaya por la acera a 25 km/h esquivando viandantes es una temeridad lo diga o no una normativa.
Pero, por unos cuantos incívicos, se ha prendido un fuego que ya parece difícil de apagar y estamos viviendo lo que en apariencia es una campaña de persecución al patinete eléctrico. Ese aparato que las Administraciones miraban, no tanto tiempo atrás, con cierta sorna a la vez que invitaban a sus ciudadanos a usarlo como forma alternativa a unos transportes públicos cada vez más colapsados, ahora se ha convertido en el centro de todos sus problemas.
Algo importante que ningún Ayuntamiento ha comentado en todo este largo y complejo vaivén de normativas y Administraciones es cuántos conductores de patinetes eléctricos son atropellados al año en las calles de Barcelona, Madrid, Valencia o Zaragoza. Y es que la red de carriles bici de nuestro país -si es que es por ahí el mejor sitio por donde debe circular el patinete eléctrico- dista mucho de ser perfecta y, en demasiadas ocasiones, pone en riesgo las vidas de sus usuarios.
Eric Macho Cánovas